El préstamo se enfocará en fortalecer la resiliencia del parque cafetero al cambio climático. Será gestionado por el MAG.

El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) implementará en los próximos años un proyecto para fortalecer la resiliencia del bosque cafetalero al cambio climático. Los fondos para financiar este plan proceden de un préstamo de $45 millones aprobado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en septiembre de 2019, y cuyo acuerdo se firmó ayer por parte del Ministerio de Hacienda y el organismo.
El Proyecto de Innovación, Investigación y Difusión de Tecnologías Agrícolas para la Resiliencia al Cambio Climático en los Bosques Cafetaleros de El Salvador tiene como objetivo "mantener los servicios ecosistémicos provistos por el bosque cafetalero y mejorar la seguridad alimentaria de los pequeños productores", según ha informado el BID.
"El objetivo específico es aumentar la resiliencia al cambio climático, la productividad y los ingresos de los productores en los bosques cafetaleros a través de: la adopción de tecnologías agrícolas climáticamente inteligentes; la promoción de incentivos para la asociatividad y la comercialización; y la modernización en la gobernanza del sector cafetalero", indicó el BID.
El diagnóstico del proyecto destaca que los bosques cafetaleros representan aproximadamente el 44 % de los bosques del país y que de estos, aproximadamente, el 80 % son sistemas agroforestales de alta biomasa y diversidad. Sin embargo, su extensión se ha ido reducido, pasando de 162,000 a 140,000 hectáreas entre el 2000 y el 2016.
La reducción de los bosques cafetaleros tiene consecuencias ambientales de gran importancia, según este diagnóstico. "Los bosques cafetaleros proveen servicios ecosistémicos vitales, como la regulación hídrica y recarga de acuíferos, el control de erosión y sedimentación, y la captura de carbono (...) la pérdida de los bosques cafetaleros puede afectar la biodiversidad del país ya que estos son hábitats de una diversidad de especies tales como aves, insectos, y hongos", señala.
La pérdida del bosque cafetalero también tiene consecuencias a nivel económico y social, según plantea el BID.
Se estima que entre 1990 y 2015, el café pasó del 25% al 10% de la producción agropecuaria, y que la generación de empleo se redujo en un 51%, pasando de emplear 86,500 personas en 2012 a 42,280 en 2017.
Los tres componentes del proyecto para el café
Ayer se informó sobre la firma del acuerdo para recibir el financiamiento.
- Tecnologías
Se buscará la adopción de tecnologías y/o prácticas que permitan la adaptación al cambio climático a través de apoyos financieros (bonos).
- Asociatividad
Este componente estará enfocado en los productores que necesiten realizar una adaptación transformativa hacia nuevos cultivos.
- Instituciones
Se financiarán actividades relacionadas como servicios de información, innovación, investigación adaptativa, y extensión agrícola.
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